Castellón Costa
Peñiscola
Si hay una localidad única en toda la costa de la provincia de Castellón , sin duda esa es Peñíscola. La localidad es hoy en día un consolidado escenario cinematográfico de altura por sus singulares monumentos y orografía. Teñida del azul del mediterráneo y de suaves naranjas y rosados en sus atardeceres, la belleza que envuelve Peñíscola, dentro y fuera de sus antiguas murallas, es difícil de captar en un plano.
Caracteristicas
Beneficios
Visita Peñiscola (Comarca del baix maestrat) Castellón
Otro de sus grandes reclamos son las murallas renacentistas, una de las fortificaciones más emblemáticas del arco mediterráneo que sirvió para combatir la piratería y la amenaza turca durante el siglo XVI, así como sus playas, calas y enclaves del Parque Natural de la Sierra de Irta. Escenarios idílicos que han sido capaces de atraer a directores, localizadores y productores de diferentes lugares del mundo.
Información
Este municipio del Baix Maestrat, con una población que no supera los 8.000 habitantes y cuya superficie se extiende sobre 79 kilómetros cuadrados, demuestra que no son a veces los meros números los que ostentan la verdadera grandeza.
Declarado uno de los pueblos más hermosos de España en el año 2013, Peñíscola posee un patrimonio natural y arquitectónico singular que reposa en un estratégico punto. Así, sus muchos monumentos y orografía lo han convertido en un destino imprescindible para quien visita la Comunitat Valenciana, así como en un escenario magistral para producciones televisivas y cinematográficas.
Las sinuosas calles empedradas de su Casco Antiguo descubren mágicos lugares como el Castillo del Papa Luna, monumento histórico artístico nacional en el que vivió Benedicto XIII desde la segunda década del siglo XV, convirtiéndolo en una de las tres únicas sedes papales que hay en el mundo. Restos de una época en que Peñíscola fue testigo preferente del Cisma de Occidente, la rebelión de las Germanías al servir de refugio o la Guerra de Sucesión, tras la cual fue reconocida como ciudad bajo títulos como “fidelísima ciudad”.
Cultura gastronómica marinera
Peñíscola presume de poseer una cultura gastronómica predominantemente marinera por su influencia con el Mediterráneo. Así, las recetas protagonistas de su cocina incluyen productos de cercanía como pulpos, rape, cañadillas o cigalas con los que se elaboran populares platos como el “all i pebre” de pulpo o rape, el “remescló”, el “arrosejat” o su olleta típica.
El pasado mes de noviembre presentaron la décima edición de sus Jornadas Gastronómicas de Cocina Tradicional en la que diversos restaurantes de la localidad ofrecieron recetas que defendieron la identidad culinaria de Peñíscola.
Playas Peñicola
Cuando hablamos de playas en Peñíscola, la primera que nos viene a la mente es la Playa Norte. Sus 5,5 kilómetros de arena fina comienzan en la falda del Castillo y discurren a lo largo de la Avenida Papa Luna hasta llegar a la Ciudad vecina de Benicarló.
La Playa Norte suele renovar anualmente todos los Certificados de Calidad ISO y AENOR, además de la Q de Calidad Turística y la Bandera Azul. Ello se debe a todos los servicios de los que dispone, así como, naturalmente, de la calidad de su arena y la limpieza de sus aguas.
Pero además de la mencionada Playa Norte, existen otras menos conocidas y no por ellos menos recomendadas. Hablamos, por ejemplo, de la Playa Sur, de la Playa de las Viudas, de las Playas del Pebret y del Russo, y de las 15 calas que salpican el litoral de la Sierra de Irta.
La Playa Sur, situada junto al Puerto Pesquero, mide 850 metros y tiene como principal atractivo la tranquilidad de sus aguas debido al muro que forma el espigón. En ella, además, encontrará la Escuela de la Mar, donde se imparten cursos de kayak, vela ligera y windsurf para mayores y los más pequeños.
Junto a la Playa Sur, y separada por un pequeño espigón, se encuentra la cinematográfica Playa de las Viudas, en la que apareció el Profesor Hamilton en la “Calabuch” de Luis García Berlanga.
Por último, siguiendo la carretera que lleva al Parque Natural de la Sierra de Irta, y tras pasar la Torre Badum, nos encontramos dos tesoros: La Playa del Pebret y la Playa del Russo. Fáciles de localizar, pues junto a ellas existe una antigua edificación y se ha habilitado una zona de parking y merenderos. Es el lugar ideal para pasar un día entero con la familia disfrutando de la naturaleza, del mar, de la arena limpia y de las aguas cristalinas.
Antes y después de estas playas encontraremos calas más inaccesibles, las cuales tienen el encanto de su anonimato y en las que se suele practicar nudismo.
Así pues, cuando vuelva a pensar en venir a tomar el sol a Peñíscola, recuerde que la oferta de la Ciudad es más variada de la que en principio había imaginado.
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